Bravo Roger, bravo. Me alegré mucho de la victoria de Federer en Madrid aunque fuese a costa de nuestro súper Nadal. Su triunfo en la Caja Mágica es muy importante para el tenis: Para el aficionado, porque confirma que no está acabado como muchos se habían apresurado en diagnosticar y le seguiremos disfrutando algún tiempo; para los organizadores, porque aún es posible una final entre Federer y Nadal, el partido soñado por todos los patrocinadores; para la ATP, porque el suizo demostró inequívocamente con el índice mirando al cielo que quiere volver a mandar en el ranking; para Nadal, porque podrá engrandecer su leyenda ganando al mejor de siempre…

Ver al suizo de cerca es absolutamente alucinante. Pude fijarme en él mientras se entrenaba con un ‘sparring’ unas horas antes de jugar su partido de cuartos de final ante Roddick. Cuando está en la red parece que juega con la mano, como si recogiera la pelota y luego la lanzara a un punto concreto, pleno de talento y fantasía. Desde el fondo de la pista, lo que más me ha impresionado es su capacidad de aceleración de los golpes: su muñeca es como el turbo ese raro que usa ahora Alonso en su fórmula uno. Cuando ya ha realizado el ‘swing’ completo y parece que el golpe está acabado, entonces es cuando despliega su muñeca y la trayectoria que dibuja la bola es irreal, imposible para el resto.

También me gustó su táctica. Por primera vez ante Nadal asumió su inferioridad en el peloteo y se dispuso a repartir galletones de un lado a otro para irse a la red a la primera oportunidad. Está bien asumir la inferioridad en algo si eso sirve para ganar partidos, debió pensar. En sus últimos enfrentamientos, el suizo se atascaba en el mismo sitio y trataba de decirle al mundo que su revés podía devolver cien veces seguidas la derecha envolvente de Rafa, y no era posible. Acortó los puntos, eludió el peloteo frontal y encontró en la magia de su muñeca muchos golpes que minaron el físico y la moral del mallorquín. Digamos que elaboró un guión perfecto y lo ejecutó minuciosamente. Es cierto que la pista le venía bien, que la famosa altura endiablaba la velocidad de la bola y a veces parecía que jugaban sobre moqueta, vale, pero Federer fue mejor que Nadal en todos los aspectos. Al fin asumió que debía cambiar de estrategia, lo hizo y le fue bien.

La Caja Mágica impresiona, el general toda la parafernalia del torneo refleja un acontecimiento de primera magnitud mundial. Una de las reflexiones que me hice al salir de la instalación del barrio de San Fermín –acordándome de la prueba del PPT que se celebraba en Granada- fue cuánto tiempo debería pasar para que el pádel llegase a tener un parecido impacto mediático y social, “quizá nunca”, me dije, y tampoco hay por qué pretender que así sea. De todos modos, mientras el pádel no se articule con rigor desde el punto de vista federativo no pasará de ser un juego entre colegas. Los niños quieren ser como Nadal, a Belasteguín a penas le conocen.

Fuente: Padelnews

Clases de Pádel en Brunete y A Domicilio. Madrid
Villaviciosa de Odón, Villanueva de la Cañada
—————————————————————–
Envíanos TUS NOTICIAS a: padelstar@hotmail.com

2 Comentarios

  1. RESPETO MUCHO A NADAL COMO JUGADOR ES INCRÉIBLE COMO DEFIENDE..PERO FEDERER ES EXCEPCIONAL …. VERLO JUGAR ES SENCILLAMENTE EL PLACER MÁS GRANDE QUE PUEDE SENTIR UN AMANTE DEL TENNIS…ES ÚNICO Y CREO QUE PASARÁ MUCHO PARA PODER DISFRUTAR DE OTRO COMO ÉL..OJALÁ Y NO SE RETIRE NUNCA.BELKYS. CHILE

Dejar respuesta