Cuando una pareja reúne templanza y efervescencia. Cuando una pareja marida delicadeza y fuerza. En resumidas cuentas, cuando una pareja suma talento al cuadrado, es muy probable que los pronósticos se cumplan. Es cierto que éstos se pueden torcer, sobre todo cuando anda de por medio una final, pero en la tarde de autos era realmente difícil porque los rivales debían oponer una resistencia a prueba de remates por tres y cuatro metros sin venir a cuento; a dormilonas que regresaban al campo que las despertaban; y a golpes de derecha y revés capaces de estirar un rectángulo de juego de 20 metros de largo por 10 de ancho. Sin desatender a las trayectorias de unos globos tan altos como campanarios.
Es lo que tiene reunir a dos apellidos que responden a Martínez-Romagosa. Aunque sea ocasionalmente, cuando los compromisos del segundo en el circuito profesional Padel ProTour se lo permiten. Y sin duda que uno de los mejores socios que puede elegir Juan Romagosa entre los jugadores madurados en el cap i casal es Ricky Martínez. Un jugador que no solo sabe estar, sino que cuenta con una derecha privilegiada para la práctica del pádel.
Delante tenían una pareja que a priori no entraba en las quinielas. Porque por arriba del cuadro del Torneo de padel Oro TUTEMPO K7 había tres duplas de picadura mortal. Léase las asociaciones compuestas por Pérez-Senent, Lucas-Nicoletti y Lara-Plaza. La primera y la última sucumbieron ante la fe y la fuerza de Morera-Zunica; la del medio, en cambio, tuvo que abandonar la competición por lesión de uno de sus integrantes.
Por tanto, Domingo y Germán llegaban a la final con los deberes bien hechos. Derrotando a parejas de un poder de fuego contrastado. De ahí que el inicio del partido fuera un tuya y mía muy psicológico. Porque los a priori favoritos no se fiaban ni un pelo de las intenciones de sus rivales, ya que si estaban ahí enfrente era por algo. Era por méritos propios, y no iban a desaprovechar la ocasión de hacer saltar la banca.
Y así transcurrió la final hasta el empate a dos juegos del primer set. Momento en que se dispuso a servir Ricky. Que solventó su saque sin más. Le tocaba entonces el turno a Germán para igualar el parcial a tres y seguir a la expectativa. Sin embargo, a la primera bola de break, tras un iguales a 40, Morera-Zunica se dejaron robar la cartera. Y a partir de ahí la final discurrió por la pendiente anunciada. Cayendo el primer set por 6/3 para Martínez-Romagosa. Y el segundo, tras un 6/0 demasiado riguroso para lo sucedido entre las cuatro paredes de cristal.
Destacar que en categoría femenina las campeonas fueron Figueres-Sánchez, que derrotaban en la final a Jareño-Ramos por un 6-3 6-2
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