Aquí un puntazo de más de 60 toques que se ve condicionado por el viento y demuestra que el padel es un juego de paciencia.

También vemos como después de trabajarnos un punto, la bola más sencilla podemos fallarla y hacernos perder el punto. Esto es porque no debemos confundir paciencia con inactividad, es decir, que aunque no queramos fallar, queramos relentizar el punto con muchos globos y sin pegarle fuerte, en todo momento debemos seguir activos, buscando ese golpe que nos hará ganar el punto.

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