La jugadora profesional ELI AMATRIAIN nos cuenta su experiencia en el MUNDIAL de PÁDEL de una forma muy particular, nos cuenta ¿Qué ha APRENDIDO?
Todo deportista sabe que poder disputar un mundial vistiendo la camiseta de su país es algo especial. El sentimiento y las emociones que se viven en esa semana no son comparables a las que sentimos en ningún otro torneo. Es por ello que he querido compartir los aprendizajes que me deja este torneo:
¿Qué se aprende jugando un MUNDIAL?
EN ESTE MUNDIAL APRENDÍ… [por Eli Amatriain]
- Aprendí que, acostumbrada a teneros enfrente, qué gusto da jugar en el mismo lado que vosotras. No descubro nada si hablo de vuestra calidad como jugadoras, pero si he podido conocer un poquito más el despiste y sentido del humor de Marta, el buen rollo constante de Alejandra, la sensibilidad de Mapi y Majo, la tranquilidad de Gemma y los abrazos de Lucía. Y qué decir de Patty, es un privilegio poder vivir todo esto a tu lado.
- Aprendí que un abrazo de equipo es mucho más valioso que todas las situaciones extradeportivas, y que a través de ese abrazo, todas hemos crecido.
- Corroboré que la figura de un capitán va mucho más allá de lo que pensamos. Gracias Iciar por haber cuidado de tus pollitos desde el corazón, tu trabajo ha sido magnífico.
- Fuí partícipe de que la calidad humana de TODA la delegación española es de mucho más que un 10.
- Entendí que, cuando el equipo argentino se pone la camiseta, la suma de sus partes se multiplica. Cata, Ceci, Silvana, Nela, Paula, Aranza, Delfi, Virginia: con muchas de vosotras aprendí este deporte, gracias por lo que me seguís enseñando. “Argentinadas” aparte, claro 😉
- Descubrí que escuchar a parte del equipo brasileño cantando “Yo soy español, español, español” no tiene precio. Rafaella, Fernanda, Reichel, Betina, Manuela… sois de lo más divertido de este campeonato. Y hasta disfruté celebrando la victoria con un mojito!
- Me emocioné al escuchar el himno de mi país abrazada a mis compañeras. Pocas sensaciones son comparables a esa cuando tu profesión es el pádel.
- Y lo más importante: comprendí que las fronteras se quedan en la pista y que las banderas, a través del deporte, tienen la capacidad de unirnos.
Por todos estos aprendizajes, sólo puedo decir: MILLONES DE GRACIAS!
