Más allá de vencidos y vencedores, el que triunfó fue… el pádel. El público riojano deliró en las tribunas, aplaudió de pie y se fue alucinado con la exhibición que brindaron las cuatro parejas en las semifinales de los IV Internacionales de La Rioja. Los “reyes” y los “príncipes” están de moda. Jugarán su sexta final consecutiva.
El vino mejora con el tiempo y este torneo ha demostrado que también. En su cuarta edición, los Internacionales de La Rioja alcanzaron la cima. El Polideportivo Las Gaunas ya se queda pequeño para albergar esta prueba. Más de 1.200 personas colmaron las instalaciones y crearon un ambiente espectacular, animados por el “show” que ofrecieron los profesionales en la pista.
No habían transcurrido ni diez minutos de la primera semifinal y el público estaba cansado de aplaudir, por la calidad de los puntos y la tensión que se transmitía desde la pista, algo habitual en los enfrentamientos entre Díaz-Belasteguin y Lamperti-Díaz.
Si Bela se mandaba una de sus clásicas salidas, Lamperti respondía con un smash marca de la casa. Si Juan Martín se inventaba algún golpe, Matías llegaba a todas y no daba una bola por perdida.
Un primer set igualadísimo que los números 1 pudieron resolver recién en el octavo juego, cuando a la segunda bola de break rompieron el servicio de Matías, y consolidaron luego con el saque de Juan Martín para cerrarlo 6/3.
El segundo set fue aún más emocionante. Los puntos se hacían interminables, con oportunidades de rotura para uno y otro lado, pero sin llegar a consumar ni una sola. La opción más clara la tuvieron los números 1 en el undécimo juego, cuando desperdiciaron una bola de break que pudo sentenciar la eliminatoria.
Más dolorosa aún fue la bola de set que dejaron escapar los “carismáticos” en el decimosegundo juego al saque de Bela.
Para aumentar aún más la tensión, se fueron al tie break y allí sí, Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguin terminaron de sellar el pase a su decimosegunda final de la temporada.
Van a defender su título
Difícil tarea tenían los actores de la segunda semifinal. No podían bajar el listón que habían dejado sus antecesores y cumplieron. Ofrecieron un espectáculo diferente, con más lucha y entrega, pero manteniendo en vilo a los espectadores.
Juani Mieres y Pablo Lima comprobaron en carne propia que la clasificación de Fernando Poggi y Sanyo Gutiérrez no fue fruto de la casualidad. Tuvieron que dejarse todo en la pista para no perder las opciones de revalidar el título obtenido en 2009.
Por como comenzó el choque, se podía prever una fácil victoria para los integrantes de la pareja 2. Lograron un tempranero break y se pusieron con ventaja de 3-1. Pero el corpulento Poggi comenzó a soltar su derecha y a hacer daño a sus rivales, quienes vieron como rápidamente se igualaba el marcador tras la rotura al servicio de Juani en el quinto juego y la posterior consolidación de Sanyo con su saque.
El séptimo juego marcó el desenlace del set, cuando Poggi y Gutiérrez dejaron pasar las mejores oportunidades para volver a romper el servicio de Lima y no pudieron mantener al juego siguiente la presión de los “príncipes”, quienes se terminaron adjudicando el set por 6/3.
El segundo set fue la “guerra” total. El juego se tornó menos técnico y vistoso. Poggi y Gutiérrez sufrieron mucho para mantener cada servicio. Lo perdieron en el quinto juego, pero lo recuperaron de inmediato. No se querían entregar tan fácilmente. Mantenían viva la ilusión de llegar a su primera final. Estuvieron a punto de derrumbarse en el séptimo juego cuando levantaron hasta seis bolas de break y terminaron por sucumbir en el undécimo, cuando por fin los números 2 rompieron la resistencia de Poggi.
Este domingo, desde las 12.30 horas, asistiremos a nuevo duelo entre los grandes protagonistas del 2010: Díaz-Belasteguin vs. Lima-Mieres.
Textos: Oscar Solé
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