Conoce tus límites para poder superarlos y ser un mejor jugador de pádel.
La perspectiva de límite tan evidente en cualquier ámbito de la vida también es palpable dentro del pádel puesto que cualquier jugador se enfrenta a límites que no puede superar de inmediato. Los límites no sólo dependen de factores externos sino también, de factores internos, por ejemplo, estado de ánimo, estado físico y también, las condiciones del rival.
La humildad que supone reconocer los límites personales sobre el terreno de juego es fundamental para poder avanzar. Cualquier persona que ignora sus debilidades no puede superarlas porque vive ajeno a su propia realidad. Algo que podría parecer evidente a simple vista no es tan sencillo ya que existen muchos jugadores que tienen falsa modestia, complejo de superioridad y vanidad. La calidad del material deportivo también marca la diferencia, por ejemplo, usar zapatillas de pádel baratas y de menos calidad puede influir en el nivel de juego.
¿Cómo conocer tu punto débil?
- 1. Tú te conoces mejor que nadie, por tanto, analiza cuál es tu punto débil en las técnicas de pádel. Cuál es tu talón de Aquiles. La observación de la experiencia es el mejor punto de análisis.
- 2. Analiza cuál es tu punto de partida, cuál es tu nivel de juego en una puntuación de 0 a 10, qué fortalezas tienes, que amenazas salvas y que debilidades afrontas. Conocer tu punto de partida es básico para poder determinar con realismo el punto de llegada.
- 3. Habla con tu entrenador para elaborar una lista sobre cuáles son tus puntos a mantener y cuáles son tus puntos de mejora con el objetivo de reforzar esos puntos que ya has alcanzado y trabajar tus debilidades o potenciar tus virtudes en pádel.
- 4. Sal de tu zona de confort pero con realismo. Ningún cambio se alcanza en cuestión de un día. Es importante entrenar y ser perseverante. (¿qué es la zona de confort?)
El límite es un estímulo
Un límite no es una barrera insalvable sino un obstáculo que puedes saltar elaborando un plan de acción centrado en el cómo. Reconoce tus límites sin compararte con nadie más, mide la evolución a partir de ti mismo. Para hacer el ejercicio con sinceridad, a modo de autoayuda, puedes hacer tus anotaciones en una libreta y tomarte tu tiempo para pensar.
