SABER COMBINAR EL BUEN ESTRÉS Y PADEL:
Diferencias entre eustrés y destrés
Así como tenemos dos tipos de colesterol, el bueno y el malo, también creamos dos tipos de estrés:
Cuando aumenta el estrés aumenta también la motivación intrínseca. Sucede por ejemplo, en el estrés durante la competición, cuando en el fútbol equipo modesto y en clara inferioridad “da la campanada”, nuestro organismo y la mente entran en un estado de alerta y nos “vienen” respuestas creativas y soluciones, que en otra situación, serían inimaginables. Pero diferenciemos y entendamos:
-
El eustrés , que sería el buen:
Esta primera clase de estrés sería el óptimo. Provocando un incremento de recursos como la memoria, activación de los sentidos….
Y dejando de lado: el aburrimiento, la apatía y un excesivo relajamiento.
Como en el caso de una partida de jugadores de primera categoria contra unos de cuarta. A los primeros no les provocaría ningún sensación “eustresante” que les produjera satisfacción.
-
y el destrés el contrario.
El caso contrario se podría producir a los jugadores de cuarta categoría que se enfrentan a los de primera categoría. Produciéndoles una ansiedad y tensión, que podría acabar con un bloqueo y produciéndoles destrés.
¿Porque la experiencia? La diferencia entre profesionales o experimentados y novatos o principiantes, es al haberse enfrentado antes a estas situaciones. La experiencia no la justificamos con lo que ocurre, sino la respuesta (lo que hacemos) con lo que nos ocurren.
¿Situaciones nuevas crean más estrés? Enfrentarnos a lo desconocido, nos repercute en el aumento del estrés. Si nos fijamos, parejas de jugadores de pádel en nuestros clubs se enfrentan a menudo con las mismas parejas (hablamos de aficionados) porque se sienten más cómodos. Hay afinidad y un equilibrio de nivel de juego.
¿El estrés no es el mismo para cada persona en la misma situación?
Tendríamos que tener en cuenta el carácter de la persona. El sentido de la responsabilidad. Es directamente proporcional relacionando la capacidad y la dificultad. Si la primera supera a la segunda, entramos en una fase de monotonía. En caso inverso sufriríamos destrés por ansiedad ocasionado por el desconocimiento o la incapacidad de llevar a cabo las tareas. Busquemos parejas afines y contrincantes para practicar el pádel. Tengamos en cuenta el nivel de juego y el carácter.
¿EL PÁDEL PRODUCE ADICCIÓN?
La adición es esta sociedad nos la pueden provocar muchas cosas. ¿Puede llegar el pádel a ser una enfermedad? Tendríamos que explicar las que son voluntarias o no lo son. Y si esta adición es voluntaria. El trabajo también lo puede ser. Pero un tanto por ciento muy elevado de personas miran el reloj cuando falta poco tiempo para acabar la jornada laboral. En el pádel nos entristece cuando oímos la señal que nos indica que ha acabado nuestra hora de pista. La tenemos que abandonar y entran otros cuatro compañeros. ¡Una gran diferencia!
¿Y EL PAPEL DE LAS ENDORFINAS?
Está comprobado que jugar al “juego que mejor se nos da y más nos gusta” como dice la canción e Serrat, genera endorfinas. Algunas de ellas funcionan de manera similar a la morfina. (Morfinas endógenas). Pero lo más importante y valioso que carecen de efectos secundarios. Actúan como analgésicos y euforizantes “naturales”. Las creamos nosotros. Las drogas producirían el mismo efecto.
Recordemos que empezamos a jugar un partido: el ánimo ni las condiciones físicas nos acompañan aquel día. Empezamos el peloteo, respiramos, nos empezamos a olvidar de todo que no esté relacionado con el momento. Nos entran “dos bolas” increíbles. Nos felicita nuestro compañero y nos lo reconocen los rivales: resultado: Estamos generando “Endorfinas” y creando una “euforia natural”
Artículo escrito por Ramiro Lasheras.
